Sunday, May 07, 2006

REVISTA EL SÁBADO, EL MERCURIO

ENTREVISTA DE LA REVISTA DE EL SÁBADO, POR CHERIE ZALAQUETT A.
sábado 18 de febrero de 2006
"No asumo la culpabilidad de las 45 muertes".
Tras el fallo que lo condena a cinco años de carcel por la tragedia de Antuco, el militar habló en exclusiva con "El Sábado" y reveló detalles inéditos de la fatídica marcha.Insiste en que tomó la decisión correcta, "porque la tormenta era imprevisible" y que puede dormir tranquilo. Además, acusa a Cheyre de haberle ocultado lainformación de las bajas. El ex mayor Patricio Cereceda no es especialista en montaña. Hizo un curso de instrucción básica de seis meses en 1987, cuando estaba recién egresado de la Escuela Militar. Durante los 18 añossiguientes de su carrera nunca estuvo destinado a una unidad de montaña hasta febrero del año pasado, cuando el Ejército lo asignó al Regimiento Reforzado Número 17 de Los Ángeles.Llegó con su esposa, la odontóloga Lorena Cornejo, y sus tres hijos a comenzar una nueva vida más tranquila en provincia. Exactamente tres meses antes que ocurriera la tragedia en que murieron 45 soldados en los faldeos del volcán Antuco.Está muy delgado, y se le ve consumido por todo lo que ha debido enfrentar en estos nueve meses y por la incertidumbre ante su futuro. Sonríe con cierta timidez, cuando entra, acompañado de su abogado Marcelo Torres, a la sala de reuniones de la oficina. Abre su notebook donde tiene ordenadas algunas ideas que ha preparado para ayudarse.Después de conocer el fallo de primera instancia del ministro Juan Arab, que lo condenó a 5 años y un día por cuasidelito de homicidio e incumplimiento de deberes militares, Patricio Cereceda decidió romper el silencio que ha mantenido por casi 8 meses.Cereceda está convencido de que lo que provocó el desastre fue una tormenta de viento blanco que era imprevisible de acuerdo a los informes científicos entregados por la Universidad de Concepción.El fallo del ministro Arab lo acusa de mostrar poco criterio y nula capacidad para resolver el repliegue, sin apreciar que la actividad era riesgosa y que debió abstenerse si no tuvo antecedentes sobre el tiempo...Yo asumo la responsabilidad como comandante de batallón, no asumo la culpabilidad de las 45 muertes. Las condiciones de tiempo que se presentaban al momento de iniciar la marcha permitían su ejecución.Se ha discutido mucho, a propósito de Antuco y la tragedia de la Antártica, que los oficiales de Ejército privilegian cumplir una orden y toman decisiones sin considerar el riesgo para las personas que tienen a su cargo.El alto mando tampoco escucha a sus subordinados. Hubo documentos en que el comandante del regimiento pedía que se mejoraran las condiciones de vestuario, equipos de telecomunicaciones, vehículos y hasta cadenas para camiones. No hubo respuesta para esas peticiones. ¿Qué significa entonces escuchar a los subordinados?Al conocer la sentencia usted dijo que le sorprendía. ¿Por qué?Porque no se ajusta ni a lo investigado ni al proceso ni a la legislación vigente;desestima la tesis de la imprevisibilidad, no obstante que está sustentada eninformes científicos. Y en la pena de presidio aplica legislación derogada.Desde que ocurrió la tragedia, el mayor Cereceda ha vivido en estado de crisispermanente y en una total incertidumbre. Gracias al trabajo de su esposa comodentista, dice, sobrellevan la situación económica. "Mi futuro está sujeto a lo quediga la Justicia. En lo laboral y personal en este minuto no puedo hacer nada. Nadieme va a dar trabajo si estoy procesado y sentenciado".Cereceda recuerda con dolor los días posteriores al 18 de mayo del año pasado, eldía de la fatídica marcha. Asegura que se enteró de que hubo 45 muertos sólo tresdías después, el 21, cuando el comandante en jefe, Juan Emilio Cheyre, se loinformó."El día 20 me comuniqué con el comandante en jefe y me dijo que tendría contactoradial con Los Ángeles para darle tranquilidad a los familiares de que la gente queestaba arriba se encontraba bien. Nos informan que apenas mejoraran lascondiciones iban a subir los helicópteros a rescatarnos. En Los Barros el tiempo nohabía estado tan malo. El 19 nevó suave y el 20 hasta el mediodía también llovió".El ex mayor agrega: "El 21 amaneció despejado y con sol, y llegaron loshelicópteros y empezamos a formar los grupos que iban a bajar. El comandante enjefe se bajó, me abrazó y me dice que no le falle. Posteriormente él saluda a todosy se toma una foto con nosotros. Luego le dice a los oficiales que se suban alhelicóptero y me dice que lo acompañe al sector del refugio. Nos dirigimos allájunto con su escolta. Me pregunta cómo había quedado el refugio, cómo habíafuncionado. Y le dice a su escolta que nos saque una foto junto al refugio y me pidea mí que le tome una foto con su escolta. Después me pidió que viajara con él paraque no me expusiera la prensa. Y volamos a Los Ángeles. En el vuelo le preguntéqué había pasado con el resto. Me contestó que habían muchos desaparecidos, peroque se habían salvado más de lo que se pensaba".¿Qué lógica tiene el haberle ocultado la magnitud de la tragedia en ese momento?Que se pueda haber pensado que yo me hubiera podido suicidar, pero eso nunca seme pasó por la cabeza. Al llegar a Los Ángeles, a las 13 horas del 21 de mayo,apenas bajamos del helicóptero, el comandante en jefe me informa que lossoldados desaparecidos eran 47 en ese momento (posteriormente se confirmó queeran 45); que el día anterior había dispuesto el relevo del mando del regimiento yque en ese momento yo debía hacer entrega del mando del batallón.¿Qué sintió al oír las palabras de Cheyre?Ha sido el peor momento de mi vida. Se me quedó tan grabado que eran 47muertos, que después tenía que corregirme en las audiencias. Sentí un dolor,amargura, impotencia, un cúmulo de sentimientos indescriptibles. Cuando vi aLorena, corrí a ella. Fue terrible ese momento... (con la voz quebrada pide un vasode agua). Lorena me dijo que estaba conmigo, que yo debía asumir sólo laresponsabilidad que a mí me correspondía, no la de los otros.Agrega Cereceda: "Luego entré a mi oficina y dejé mis llaves. El comandante enjefe me hizo algunas preguntas sobre la planificación de la marcha, si la habíainformado. Le dije que había pedido autorización y que el jefe me la dio. Me dijoque no estaba de acuerdo con mi decisión de ordenar la marcha. Obviamente,conociendo los resultados, nadie estaría de acuerdo".¿Quedó detenido en ese momento?Me dijeron que no, pero que no debía salir del regimiento y que me fuera a mi casa.Allí quedé aislado. Fue terrible cuando al llegar a mi casa, estaban mis hermanos,mis suegros, mis cuñados y mi sentimiento fue de estar en el funeral de mi vida.Porque todos llegaban a saludarme, a darme su apoyo, sus sentimientos."PUEDO DORMIR TRANQUILO"Otro de los momentos que recuerda con angustia fueron los 60 días que pasódetenido en Peñalolén, cuando fue sometido a proceso. "Nunca pensé que iba estar detenido porque actué como habría actuado cualquier comandante debatallón. Mis camaradas de armas y todo el Ejército sabe que le pudo haberocurrido a cualquiera. Me lo han hecho ver. Me han dado su apoyo".Pero el Ejército oficialmente no dice eso.El Ejército no es el comandante en jefe. Yo he estado diciendo la verdad, comofueron los hechos.Usted impugnó el sumario del Ejército.El sumario del Ejército dio respuesta a lo que ordenó el comandante en jefe. Él haactuado en forma parcial, desde el primer momento se me releva de mi puesto sinhaber efectuado una investigación previa. Él dijo que se había formado un juicio delo que había pasado arriba, y me releva por ese juicio que se forma él. No esprudente ni sereno que un comandante en jefe emita juicios adelantados, que habíadescriterio, falta de profesionalismo. En mi caso no se ha respetado la presunciónde inocencia.¿Usted ha recibido presiones directas del alto mando?Perdóneme, pero no puedo responder esa pregunta.En estos últimos días se ha discutido el tema del mando y una de las tesis que hacirculado es que algunas actuaciones podrían deberse al temor al mando.Yo nunca actué por temor y yo no le tengo miedo al comandante en jefe.Al recordar la tragedia y todas las consecuencias que tuvo en su vida, Cerecedareflexiona: "Quien no está diciendo la verdad, no debería dormir tranquilo. Y yopuedo dormir tranquilo. Porque mi permanente actuar ha sido de colaborar con laverdad. Hay otros que no están actuando en esa misma línea y el hecho que actúede esa forma me permite estar tranquilo conmigo mismo y el que no está actuandoasí tendrá sus fantasmas y lo que diga su conciencia".LA MARCHA"Yo tengo la responsabilidad de haber estado al mando de la unidad. Es laresponsabilidad ineludible de todo comandante, pero yo no quise que pasara lo quepasó. Yo di una orden y actué con los antecedentes que operaban en esemomento", sostiene.¿Qué antecedentes estima usted que debía haber tenido?Existía una alerta de Onemi de que se presentaría un frente de mal tiempo. Nuncallegó a mi conocimiento. En Los Barros (el refugio de montaña) no hay ningúnmedio de prensa, ni radio, ni televisión, ni internet. Dependemos absolutamente delas comunicaciones oficiales del regimiento. Debería haber tenido teléfono satelital,algún medio, TV cable, como existía anteriormente en Los Barros.Ordenadamente, Cereceda comienza su presentación de los hechos. Desde que losconscriptos llegaron al regimiento de Los Angeles, el 4 de abril de 2005, a hacer suservicio militar. Exactamente, un mes después subieron en camiones a realizar suinstrucción de montaña al refugio Los Barros. "El comandante Roberto Mercado (acargo del regimiento) lo escogió porque en esa época del año no existían grandesvariaciones de tiempo que pudieran impedir que se ejecutara la campaña. El mayorQuinteros y toda la plana mayor del regimiento evaluó la campaña. Incluso, elcomandante Luis Pineda (el segundo hombre del regimiento) me felicita por laplanificación". La campaña tendría una duración de 15 días: del 4 al 19 de mayo.Según el mayor destituido, durante 14 días hubo buen tiempo, por lo que no fuenecesario suspender ninguna actividad. Cuando se acercaba la hora de emprenderel regreso a pie por la montaña, Cereceda asegura que pidió instrucciones alregimiento, y la respuesta "después de que toda la plana mayor la evaluó", fue quela marcha estaba autorizada y podía ejecutarse tal como se había planeado. EntreLos Barros, donde pernoctaban las cinco compañías Cazadores, Plana Mayor yLogística, Andinos, Morteros e Ingenieros y la Cortina, el otro refugio al que debíanllegar, mediaban 24 kilómetros. El único cambio que se hizo respecto de laplanificación original fue adelantar el regreso en un día. "Como no saldrían todas lascompañías al mismo tiempo, las que iban a partir el 19 lo hicieron el 18, y las quelo harían el 18 lo hicieron el 17", relata.En la mañana del día 17, como había llovido y caído algo de nieve, Cereceda diceque suspendió la revista nocturna, "para evitar que los soldados se mojaran y tuvieran que desgastarse secando la ropa para partir sólo unas horas más tarde como estaba previsto".Según Cereceda a las 14.00 o 15.00, aproxidamente, del día 17, dio la orden departir a las dos primeras compañías; Cazadores y plana mayor y logística.El comandante Mercado, su superior, dijo que le había advertido que "si serealizaba la marcha bien y si no bien", pero que lo importante era la vida de laspersonas.Esa indicación era para el desarrollo de la instrucción, no especifica la marcha.En la investigación el ministro señala que las condiciones de tiempo se habíanagravado y había una acumulación de 50 centímetros de nieve.La acumulación de nieve hasta el día de la marcha (17) era lo que normalmenteocurre en esa zona cuando no ha comenzado todavía la temporada de mal tiempo.Eso lo dice la Universidad de Concepción a través de su informe. Las condiciones detiempo son las que se tenían a ese momento y muy similares a las que existían alsalir las compañías el 18.Las compañías que emprendieron la marcha el 17 caminaron "y hay que destacarque llegan a La Cortina sin novedad". A las cinco de la mañana del 18 partieron losMorteros y a las 8:30, también de la mañana, los andinos. "Marchan durante seishoras y no se reporta ningún inconveniente. Al contrario, el capitán (Claudio)Gutiérrez, al mando de la compañía Andina, especialista en montaña, informa quemarcharon sin novedad. Pero a las seis horas (de marcha) se desencadena esefenómeno climático que los informes científicos señalan que es imprevisible, que eslo que ocasiona la hipotermia y la muerte de los soldados".A usted se le atribuye responsabilidad en que los soldados no llevaran tenidasadecuadas.A mí se me asegura que iban a un lugar que no iban a haber grandes variacionesclimáticas, no se justificaba que llevaran tenidas Gorotex.El jefe administrativo del regimiento declaró que por "estética" usted prefirió que nousaran tenidas Gorotex, aunque está establecido que no habían las suficientes paratodos.No recuerdo si dije o no dije que no se llevaban las tenidas por un cuento deuniformidad o estética. Lo ideal es que si las llevábamos hubiera para todos.Hubo subordinados que le advirtieron que no marchara.Todos dicen que escucharon que me habían dicho que no se podía marchar. Laverdad es que nadie me presentó ningún inconveniente.Pero hay un suboficial que declara que le advirtió y que usted le respondió que eraun alharaco.Ese es el sargento Tolosa. Se refiere a la inconveniencia que él ve de que hayamarcha nocturna. Pero esas compañías marcharon el 17 y llegaron sin novedad.Además, el capitán Carlos Olivares le dijo que no marcharan, según declara en eljuicio.En ningún momento me representa que existe algún inconveniente de marchar.Tampoco representa que a él le hubiesen dicho la inconveniencia de marchar. Esoestá testificado en un careo que tuvimos ante el ministro.Cereceda agrega otro dato: que el instructivo que envió Cheyre a las unidadesmilitares respecto de que las marchas no podían exceder los cinco kilómetros, nomás de 85 minutos y cargar no más de siete kilos de peso: "De ese documentotuve conocimiento cuando volvía a Los Ángeles y en el transcurso de lainvestigación. Esa comunicación de la III División llegó a Los Ángeles el 6 de mayo,cuando las compañías habían salido (rumbo a la montaña). Nada se hizo despuéspor ponerlo en nuestro conocimiento".Cereceda asegura que la primera información que recibió acerca de dificultades fuea las 11 de la mañana de 18 de mayo, "cuando el sargento primero del batallón meinforma que la compañía Morteros había dejado a cinco soldados en un refugio decircunstancia". Añade que intentó comunicarse con el comandante de esacompañía, sin obtener respuesta. "Me comunico con el capitán Gutiérrez que iba al mando de la compañia Andina eiba marchando detrás de los Morteros y por eso tenía más posibilidades que yo dellegar al lugar. Me dice que van sin novedad y le explico que hay un refugio consoldados en estado de hipotermia. Y le ordeno que llegue a ese lugar y que lossoldados tienen que salir de ese refugio, sin saber en absoluto cuál era la situaciónque estaba viviendo la compañía de Morteros ni por qué motivo habían dejado agente en ese lugar". De inmediato, asegura que informó al comandante Pineda.Añade que a las tres de la tarde volvió a tomar contacto con el capitán Gutiérrez,quien estaba socorriendo a los soldados con hipotermia, "y me informa que lasituación que se veía era grave y que había dos soldados muertos. Comuniqué lasituación al regimiento, yo estaba llorando". Aquí su relato se quiebra nuevamente:"Sentí una angustia tremenda, se me pasó el mundo entero por delante".Las informaciones que le entrega el capitán Gutiérrez son cada vez másdramáticas: "Cada 20 o 30 minutos le da cuenta de que se iban muriendo los que éldesesperadamente intentaba salvar. Solicito al regimiento que envíen vehículos atracción para evacuar más rápidamente a los soldados"."Finalmente, cerca de las 7 de la tarde, me informan de cinco soldados fallecidos".¿Por qué nadie del Ejército envía ayuda si desde la mañana se sabía había soldadoscon hipotermia?En ese momento desconozco cuál era la resolución que se tomaba en Los Ángeles.No podría plantear si hubiesen podido llegar o no. No sé si habrán pedidohelicóptero o si el helicóptero habría podido llegar.¿Qué le diría a los sobrevivientes?Sólo pido que dejemos que la Justicia actúe y que tengamos conformidad con esajusticia. Espero que tengan la tranquilidad espiritual que los acompañe a enfrentareste dolor que todos sentimos- responde mientras muestra cartas de solidaridadque ha recibido de parte de algunos padres soldados fallecidos.¿Cómo le va a explicar a sus hijos todo lo ocurrido?Mis hijos entienden más de lo que yo creo. Y se lo digo por conversaciones que hetenido con ellos. Ayer salí con mis dos hijas y la mayor me dice: "Papá, tútienes ,pena por dos cosas, una, porque los soldados que se murieron eran tusamigos y tú los querías mucho. Y lo otro, porque a ti te echaron la culpa de todo y tú no tenías la culpa de todo". Ese es el razonamiento de una niña de cinco años.Que obviamente me quiere mucho, pero que sabe cómo soy".Cherie Zalaquett A..Términos y Condiciones de la Información© El Mercurio S.A.P.Suplemento Página 5 de 5http://diario.elmercurio.com/2006/02/18/el_sabado/reportajes/noticias/87640704-22AB-4A15-B157-57DE2A8... 18-02-2006